El matelotage fue una especie de matrimonio que unió a muchos piratas durante los siglos XVI y XVII. Un matelot era un hombre de mar. Aunque este tipo de prácticas eran comunes en el mundo de los piratas y los bucaneros, encontramos uniones parecidas en el mundo de la marina en general.
Los piratas vivían al margen de la ley, normalmente eran analfabetos y proscritos, si por casualidad estaban al servicio de alguien, éste se cuidaba de que no quedara jamás información sobre este hecho.
El único caso documentado que tenemos es el de dos mujeres: se trata de Anne Bonny y Mary Read. Las mujeres tenían la entrada vetada en el mundo de los piratas, era un mundo exclusivamente masculino. Ambas mujeres peleaban igual o mejor que cualquier hombre, el resto de tripulantes las aceptaba como si se tratara de dos varones más. Entre 1710 y 1720 se les atribuye distintas acciones exitosas. Mary Read entró en este mundo haciéndose pasar por un muchacho y Anne era la pareja de un jefe pirata. Una vez juntas, ambas seguramente realizaron la unión que más adelante os explicaré.
En muchos casos, los piratas llegaban a ser reticentes a tener rehenes femeninos. Puede ser debido al intento de evitar tensiones dentro del grupo, pero es inimaginable que estas comunidades piratas fueran castos y célibes, ya que no es probable que la asexualidad fuera propia de este mundo de hombres proscritos. Por desgracia, los historiadores que se acercan al tema pasan de puntillas sobre la sexualidad en el mundo de la piratería.
B.R Burg en su libro Sodomía y tradición pirata (1983) señala que "en barcos piratas los actos homosexuales se convirtieron en una norma establecida". En el siglo XVII la sodomía no estaba especialmente demonizada en Inglaterra, y en el Caribe la población femenina era enormemente minoritaria. Para este autor las relaciones homosexuales en el mundo de la piratería no eran fruto de la opresión, como en los sistemas carcelarios, eran relaciones libres y la tolerancia estaba generalizada.
Este autor también sugiere que normalmente los piratas adultos tomaban como parejas a los tripulantes mas jóvenes, siguiendo normas y costumbres parecidos a los de la pederastia griega o al mundo de los samuráis en el Japón.
Algunas fuentes señalan que llegaban a celebrar bodas entre ellos. Una de las instituciones más interesantes desarrolladas por piratas en el siglo XVII fue la práctica del matelotage, una unión permanente formal, a menudo contractual, entre dos hombres adultos. Estos hombres, conocidos como hombres de mar (matelot), unían tierras y los bienes de propiedad conjunta, luchaban codo con codo, y se cuidaron entre sí cuando están enfermos. Los matelots a menudo elaboraron contratos que estipulan que tras la muerte la pareja hereda todas sus propiedades. Aunque no hubiese compromiso, las parejas heredaban los bienes del fallecido. Algo parecido pasaba también en el mundo de la marina tradicional.
Parece ser que esta práctica era común en la isla de Tortuga y que llegó a normalizarse entre la población civil de islas como La Española o Jamaica, islas habitadas mayoritariamente por hombres. Uniones que, como el caso de los hermanamientos de la Edad Media, los historiadores señalan que eran uniones de interés... como si los matrimonios de aquella época lo fueran por amor. Posiblemente estas uniones eran mucho más libres que las tradicionales del mundo heterosexual, y existían vínculos afectivos mucho más importantes.
En el mundo de la marina militar las relaciones acostumbraban a ser más jerarquizadas y no eran tan libres. Siguiendo atentamente la lectura de las actas de la inquisición podemos llegar a la conclusión de que las relaciones homosexuales en el mundo de la marinería estaban sujetos a las relaciones de poder en las muy jerarquizadas tripulaciones de las naos que hacían el recorrido de las Indias. Aunque seguramente no siempre fue así, existieron las relaciones consentidas, especialmente aquellas entre marinos del mismo rango. Es muy difícil saber cuantos casos fueron consentidos o por "obligación", seguramente en los procesos el sentido de culpa y el deseo de justificación dio una sensación errónea en cuanto a la existencia de relaciones "no consentidas". El film "Master and Commander" (2003) nos muestra una de estas relaciones, cuando un miembro de la pareja muere, entregan todas sus pertenencias al otro miembro a quien dan el pésame.
Los piratas vivían al margen de la ley, normalmente eran analfabetos y proscritos, si por casualidad estaban al servicio de alguien, éste se cuidaba de que no quedara jamás información sobre este hecho.
El único caso documentado que tenemos es el de dos mujeres: se trata de Anne Bonny y Mary Read. Las mujeres tenían la entrada vetada en el mundo de los piratas, era un mundo exclusivamente masculino. Ambas mujeres peleaban igual o mejor que cualquier hombre, el resto de tripulantes las aceptaba como si se tratara de dos varones más. Entre 1710 y 1720 se les atribuye distintas acciones exitosas. Mary Read entró en este mundo haciéndose pasar por un muchacho y Anne era la pareja de un jefe pirata. Una vez juntas, ambas seguramente realizaron la unión que más adelante os explicaré.
En muchos casos, los piratas llegaban a ser reticentes a tener rehenes femeninos. Puede ser debido al intento de evitar tensiones dentro del grupo, pero es inimaginable que estas comunidades piratas fueran castos y célibes, ya que no es probable que la asexualidad fuera propia de este mundo de hombres proscritos. Por desgracia, los historiadores que se acercan al tema pasan de puntillas sobre la sexualidad en el mundo de la piratería.
B.R Burg en su libro Sodomía y tradición pirata (1983) señala que "en barcos piratas los actos homosexuales se convirtieron en una norma establecida". En el siglo XVII la sodomía no estaba especialmente demonizada en Inglaterra, y en el Caribe la población femenina era enormemente minoritaria. Para este autor las relaciones homosexuales en el mundo de la piratería no eran fruto de la opresión, como en los sistemas carcelarios, eran relaciones libres y la tolerancia estaba generalizada.
Este autor también sugiere que normalmente los piratas adultos tomaban como parejas a los tripulantes mas jóvenes, siguiendo normas y costumbres parecidos a los de la pederastia griega o al mundo de los samuráis en el Japón.
Algunas fuentes señalan que llegaban a celebrar bodas entre ellos. Una de las instituciones más interesantes desarrolladas por piratas en el siglo XVII fue la práctica del matelotage, una unión permanente formal, a menudo contractual, entre dos hombres adultos. Estos hombres, conocidos como hombres de mar (matelot), unían tierras y los bienes de propiedad conjunta, luchaban codo con codo, y se cuidaron entre sí cuando están enfermos. Los matelots a menudo elaboraron contratos que estipulan que tras la muerte la pareja hereda todas sus propiedades. Aunque no hubiese compromiso, las parejas heredaban los bienes del fallecido. Algo parecido pasaba también en el mundo de la marina tradicional.
Parece ser que esta práctica era común en la isla de Tortuga y que llegó a normalizarse entre la población civil de islas como La Española o Jamaica, islas habitadas mayoritariamente por hombres. Uniones que, como el caso de los hermanamientos de la Edad Media, los historiadores señalan que eran uniones de interés... como si los matrimonios de aquella época lo fueran por amor. Posiblemente estas uniones eran mucho más libres que las tradicionales del mundo heterosexual, y existían vínculos afectivos mucho más importantes.
En el mundo de la marina militar las relaciones acostumbraban a ser más jerarquizadas y no eran tan libres. Siguiendo atentamente la lectura de las actas de la inquisición podemos llegar a la conclusión de que las relaciones homosexuales en el mundo de la marinería estaban sujetos a las relaciones de poder en las muy jerarquizadas tripulaciones de las naos que hacían el recorrido de las Indias. Aunque seguramente no siempre fue así, existieron las relaciones consentidas, especialmente aquellas entre marinos del mismo rango. Es muy difícil saber cuantos casos fueron consentidos o por "obligación", seguramente en los procesos el sentido de culpa y el deseo de justificación dio una sensación errónea en cuanto a la existencia de relaciones "no consentidas". El film "Master and Commander" (2003) nos muestra una de estas relaciones, cuando un miembro de la pareja muere, entregan todas sus pertenencias al otro miembro a quien dan el pésame.