Aunque inicialmente el concepto sodomía iba ligado a las relaciones sexuales no reproductivas (mirad:"Origen del término sodomía" ), con el tiempo se unió al sexo anal, popularmente conocido como el "conocer por detrás".
Al final de la Conquista de Granada una serie de encuentros sexuales se produjeron en la ciudad de Loja en 1500. Prohombres, matrimonios, criados mantenían relaciones sexuales de todo tipo, intercambio de parejas, relaciones homosexuales ... Todo lejos de las convicciones más tradicionales o de los roles asignados a hombre y mujer. Conocemos todos los hechos por las declaraciones de 12 testigos ante el Santo Oficio, después de que alguno de ellos denunciara los hechos.(Desconozco la sentencia y como acabó esta historia. Lo he encontrado en un texto publicado en Liverpool en 1989 y que Alberto Mira hace referencia en su libro "Para entendernos".)
Rocío Rodríguez en su libro "El sodomita y la Inquisición" (clic) nos habla de un caso que descubrió en el "Archivo Histórico Nacional". A mediados del siglo XVII los inquisidores llegaron a un pueblo de Aragón. Inmediatamente pidieron a la población que quien hubiera cometido algún acto contra natura, lo confesara, el tribunal sería indulgente y perdonaría. Una mujer del pueblo, visiblemente asustada corrió a confesar: "Mi esposo en alguna ocasión me ha conocido por detrás". El marido tuvo que presentarse ante el tribunal, fue torturado y azotado, después condenado a 5 años de galeras. Ella tuvo que pagar las costas del juicio.
Entre los siglos XVI y XVIII, los tribunales del Santo Oficio en la Corona de Aragón dictaron 26 sentencias sobre el delito de sodomía entre hombre y mujer. La mayoría de los casos eran matrimonios, y las mujeres señalaron no haber sido forzadas a mantener este tipo de relaciones.
En Barcelona dos juicios afectaron a hombres procedentes de Francia. El primero fue absuelto en 1575 y su mujer acusada de ser adúltera. El segundo tres años después fue condenado a 200 azotes y galeras perpetuas por haber mantenido relaciones sexuales con su mujer, a la fuerza y por detrás. Ella le denunció.
En Valencia en 1688 un hombre fue acusado de haber tenido en varias ocasiones relaciones sexuales pecaminosas con su mujer. En su descargo le echó las culpas al diablo y a la bebida. Lo mandaron 5 años a galeras y al destierro.
Cuando se trataba de hidalgos o clérigos las penas se suavizaban, en muchas ocasiones había sentencias absolutorias. Así en 1585 un ganadero de Zaragoza fue acusado de haber sodomizado a su criada. Dijo ser hidalgo y doctor en teología y fue absuelto.
Los franceses en este apartado aparecen en muchas ocasiones. También en Zaragoza un joven de 20 años procedente de este país fue acusado de mantener este tipo de relaciones con su esposa, en su defensa dijo que era muy inexperto y no sabía por donde se hacía. Torturado cantó todo lo que le pidieron, y así salió que la vaca y la mula de su propiedad también habían sido penetradas. Lo condenaron a 6 años de galeras.
Curioso es el caso de un tundidor de Zaragoza en 1620 que fue detenido junto a su mujer (es el único caso en el que la mujer fue detenida) bajo el delito de sodomía. Ella fue llevada a las horribles cárceles secretas de la Inquisición, donde fue torturada al margen de la legalidad aragonesa. En el juicio la familia acusó al marido de ser un bujarrón, pidiendo fuera quemado. En su defensa dijo que aunque había intentado la penetración, jamás lo había logrado. Él fue condenado a se azotado y enviado de por vida a galeras. De la mujer no se conoce la sentencia.
Así podemos ver varios casos de hombres horrorizados acudiendo al tribunal para autoacusarse de una intención, de haberlo deseado o consumido.
En los trabajos de Jaume Riera, Rocío Rodríguez o Rafael Carrasco podréis encontrar mas información.